El concepto de empoderamiento femenino se ha extendido en los últimos años en muchos ámbitos, desde las empresas hasta la vida personal. Pero, ¿sabes bien qué es ser una mujer empoderada y, más importante aún, cómo puedes convertirte en una de ellas?
Aunque la idea del empoderamiento femenino ha estado presente a lo largo de la historia, representada por todas esas mujeres que se enfrentaron y lucharon por la igualdad, el término en sí es relativamente reciente.
Aunque la igualdad legal en el ámbito laboral es una realidad en muchos países, aún queda camino por recorrer para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres. En este sentido, se van produciendo avances progresivamente. Por ejemplo, del 2015 a 2018, el número de mujeres en niveles ejecutivos se incrementó en un 4 %. En la actualidad, el 68 % de las empresas se consideran comprometidas con el apoyo a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, de acuerdo con el informe Women’s Empowerment and Business: 2020 Trends and Opportunities de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, el acceso al mercado laboral sigue siendo uno de los problemas reales que enfrentamos las mujeres. ¿Sabías que, según el informe Gender Equality Index de Bloomberg (2020), sólo el 6% de las profesionales ocupan puestos de CEO? ¿Y que de acuerdo con el estudio Global Gender Gap Report del World Economic Forum (2020), sólo el 18,2 % de las mujeres tienen cargos en consejos directivos o de liderazgo empresarial, a pesar de constituir la mitad de la fuerza laboral? Por ello, las empresas deben intervenir en este objetivo hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, quitando los prejuicios y clichés sociales.
Y ahora bien ¿qué es exactamente una mujer empoderada? Según la Real Academia Española, empoderar significa “dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo”. Por tanto, el empoderamiento femenino representa esa toma de conciencia, tanto a nivel individual como colectivo, de que las mujeres tenemos esa capacidad de ser dueñas de nuestras propias acciones, de tomar acciones y, en definitiva, de liderar nuestra vida.
Pienso que existen una serie de cualidades por las que reconocerás que sos una mujer empoderada:
Desarrollas tu propio estilo de liderazgo.
Ser una mujer empoderada no significa repetir los patrones de liderazgo tradicionalmente masculinos, sino que somos profesionales capaces de encontrar nuestra propia forma de inspirar y motivar al resto.
Sabes comunicar.
Dentro de las habilidades de liderazgo del empoderamiento femenino, destacan la comunicación, la negociación y la persuasión. Nosotras mujeres empoderadas somos capaces de transmitir un mensaje y hacerse entender.
Somos influyentes.
Influimos en nuestro entorno.
Apostamos por la innovación.
Asumimos la responsabilidad de crear un cambio, de salir del rol tradicional que la sociedad nos ha asignado y exploramos caminos innovadores, tanto en la forma de actuar como en nuestros proyectos laborales.
Promovemos el empoderamiento femenino.
Al ser conscientes de los obstáculos a los que nos enfrentamos, no buscamos competir o compararnos con otras, sino que luchamos por eliminar esas barreras e invitamos a otras mujeres a ser igual de empoderadas.
Muchas profesionales de todos los tiempos son referentes del empoderamiento femenino, grandes investigadoras, como Rosalind Franklin (madre de la cadena de ADN) o Marie Curie (descubridora del radio y el polonio) y artistas o creadoras, como Frida Kahlo o Coco Chanel.
Un ejemplo contemporáneo más cercano es el de Michelle Obama. La ex primera dama es una referente global del empoderamiento femenino gracias a sus palabras, discursos y acciones.
A nivel empresarial, un ejemplo inspirador es Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, quien aprovecha cada oportunidad para resaltar la necesidad de incorporar mujeres en todos los niveles profesionales.
7 consejos para empoderarte a ti misma
1. Conócete a ti misma.
Lo primero que debes hacer es analizar quién eres y cuáles son tus aspiraciones. Solo conociendo tu punto de partida y tu meta podrás adoptar las decisiones oportunas para alcanzarla. Tener un objetivo bien definido, saber claramente por qué y para qué quieres conseguirlo será tu mejor motor para avanzar.
2. Plantéate metas a corto y largo plazo.
Los objetivos demasiado ambiciosos tienen el riesgo de que te hagan perder la motivación y fuerza de voluntad al ser más difíciles y lentos de lograr. ¿Qué puedes hacer para evitarlo? Además de fijar metas a largo plazo, divídelas en pequeños hitos que puedas ir superando poco a poco y te permitan sentirte satisfecha y enfocada.
3. Sal de tu zona de confort.
Una mujer empoderada no tiene miedo a asumir nuevos retos. Sal de tu zona de confort cuando tengas la oportunidad y comprueba cómo vas venciendo tus miedos y vas adquiriendo una experiencia nueva que te ayudará a abrir muchas puertas y a valorarte cada vez más.
4. Construye una red de contactos.
En este camino hacía convertirte en una mujer empoderada no estás sola. De hecho, una de las cualidades del empoderamiento femenino es el apoyo mutuo. De ahí que sea muy útil hacer networking y entablar relaciones con otras profesionales en tu misma situación o líderes consolidadas para compartir experiencias, conocimientos y consejos.
5. Sé tú misma.
Está bien buscar inspiración o apoyo en otros casos de liderazgo efectivo, pero no olvides ser auténtica y guiarte por tus valores y propósitos. Solo creyendo en tus objetivos y actuando de forma independiente conseguirás avanzar en este camino.
6. Trabaja tu autoconfianza.
Eres lo que crees, por lo que debes reforzar la seguridad en tu potencial sin caer en la banalidad. Por eso es tan importante desarrollar la confianza en ti misma, una cualidad que puedes ir ganando a través de la mejora de habilidades en los ámbitos personales y profesionales.
7. Capacítate.
No hay mejor manera de aumentar la autoconfianza que mediante la formación, ya que te permite reforzar tus fortalezas y minimizar tus debilidades. El hecho de adquirir nuevas competencias te permitirá sentirte preparada para enfrentarte a nuevas etapas profesionales y rediseñar tus límites.
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